viernes, 23 de enero de 2009

Día 23-01-09

Me tomo el desayuno frío. No me he enterado de que hayan entrado.

Voy al baño, el agua está calentita. Alguien entra ¡¡ya empezamos!!, saluda, dice algo y se va. ¡Menos mal! ya pensaba que no me iban a dejar disfrutar del baño. Vuelven a entrar. ¿Está en el baño? Sí, contesto. Ah! de acuerdo y oigo que alguien sale.
Salgo de la bañera un poco cabreada. Me visto, me pongo una toalla en la cabeza y en ese mismo instante oigo que entran otra vez. ¡Que pesadez! Mi humor cada vez está peor. Es una enfermera que me avisa que van a cambiarme de habitación. Veo que falta la manta, supongo que se la habrá llevado la que entró la primera vez.


¿A que piso voy? - pregunto
A este mismo - me responde la enfermera - a la habita 105.
Y ¿por qué tengo que cambiarme si estoy en la misma planta?
No se - me responde - es lo que me han dicho a mi.
¿Puedo ver la habitación antes de cambiarme?
Por supuesto - me dice - venga conmigo. Va a compartir la habitación con otra señora.
Salimos de la habita y me doy cuenta de que sigo con la toalla en la cabeza. Me la quito.
¿No será verdad? - le digo yo
Sí, sí. Es una habitación grande y la señora es muy gentil - dice ella. Supongo que lo será, pero cuando yo entré aquí ya dije que no quería habitación compartida. Tengo problemas de sueño, no
duermo bien y tampoco dejo dormir bien a los demás. Veo la habitación y efectivamente es grande, pero no tengo ninguna gana de compartir con nadie. Los franceses tienen sus horarios y yo los mios. Yo veo la tele en español y ella supongo que la verá en francés, yo duermo
con la puerta de la terraza abierta y aquello estaba cerrado a cal y canto. Además, no creo que le haga ninguna gracia tener que dormir con el sonido de mi máquina.
Le digo a la enfermera que no acepto el cambio y me dice que vaya a hablar con la secretaria en el 3er piso.
Le cuento a la secretaria lo que me pasa.

Su seguro mutuelle no cubre la habitación individual, y es por eso que le tenemos que poner en una habitación compartida - me dice ella.
Ah! vaya gracia - digo yo - Y ¿no puedo pagar yo la diferencia?
Es muy caro el suplemento - me contesta - Son casi 40 € por día. ¿Quiere pagar eso Vd.?
¡Ni hablar!. Pero, ¿cómo puede ser eso? - insisto - La seguridad social acepta pagar una parte y la mutuelle otra, no puede ser posible que el suplemento sea de casi 40€. Sí - dice ella - En realidad si le ponemos en habitación compartida es como si fuera gratuita y por eso la mutúa acepta.
Espere, voy a llamar a la jefa de enfermeras para ver si se puede hacer algo. LLama por teléfono, y la respuesta es la misma. No se puede hacer nada. Tendrá que hablar con su médico.


Vuelvo a mi habitación y llamo a Aini para que me de el teléfono de mi médico de cabecera. Él me había dicho que yo no tendría que pagar nada, y no me había preguntado si tenía mutúa o no (Seguro que ha pensado que no me molestaría compartir habita). Me llega un mensaje al móvil, es mi médico que me pide que le llame. ¡Que casualidad! Le llamo y me dicen que hoy no trabaja. No me acordaba que hoy era viernes. Aún así le digo que me ha llamado él. Me dice que
espere y cuando vuelve me cuenta que ha pedido cita para el dermatólogo de Burdeos y que será el 25 de febrero, pero que es mejor que llame el lunes y hable con él.


Tengo un cabreo encima de aupa. Voy a ver al médico. Me pongo a la cola. Me dicen que coja número. El 18 y va por el 11. ¡Ala, a esperar!. Una hora más tarde, le estoy contando a mi médico lo que me pasa.

Él: ¿Sabe quién es la señora?
Yo: No tengo ni idea
Él: ¿A que habitación va a ir?
Yo: A la 105
Él: ¡Ah! ¡Sí! Esa es una habitación grande y la señora es muy agradable
Yo: No dudo que lo sea. Pero ese no es el problema, sino que yo duermo mal, me despierto muchas veces y suelo pasear por la habitación. Además, duermo con una máquina que hace ruido.
Él: Pero puede que a ella no le moleste.
Yo: Pero a mi sí. Mis hermanas también son muy agradables pero no quieren dormir conmigo ni yo con ellas. (Se lo digo para ver si se entera de una vez que no quiero dormir con nadie)
Él: Ya entiendo, pero es que su seguro mutuelle no cubre el suplemento de habitación individual.
Yo: Pues entonces, y sintiéndolo mucho, me tendré que ir.
Él: ¿De verdad?
Yo: Claro, bastante tengo con lo que tengo como para que ahora no pueda dormir. Además no entiendo bien eso del suplemento. Yo he venido aquí para ver si mejoraba la fibromialgia y para esa enfermedad tengo el 100% cubierto por la seguridad social. Por eso es por lo que no entiendo.
Él: Sería una pena que se tuviese que ir. Voy a hablar con el Director y le digo algo por la tarde.
Yo: Ok. Espero a lo que me diga. Tanto si es para traslado como para irme, las maletas ya las tengo preparadas.

Son las 12h05, me voy hacia el comedor. El malhumor se viene conmigo. Vaya mierda de mutuelle que he elegido. 30€ al mes y no me cubre el dichoso suplemento. Tampoco entiendo lo del 100% de la fibromialgia. Voy por los pasillos masticándome todo esto.

La comida:

Ensalada verde
Ensalada china (brotes de soja)Hamburguesa con arroz amarillo (parece un engrudo) y piperrada.
Queso
2 mandarinas
Pan

Me como la ensalada china aliñada con sal/pimienta/vinagre frambuesa, la hamburguesa y un poco de la piperrada, las dos mandarinas y me llevo el queso con el pan.

Café, cigarrito y me tumbo en la cama. Me quedo frita. No oigo a la señora de la limpieza.

Me despierto a las 15h10. Me como el queso de mediodía con una pizca de pan. Voy a por un café y salgo con el a la entrada para fumarme un cigarro. Se me hace raro que no haya nadie en la entrada fumando. Al rato, oigo que se abre la puerta y una señora gritando como una histérica me dice: ¡Señora! me doy la vuelta para mirarla, ¡si quiere fumar, tendrá que irse allá
abajo! Cierra la puerta sin darme tiempo a decir ni mu. Esta señora ha puesto la guinda a mi cabreo. Me doy un paseo hasta terminar el cigarro y vuelvo a la habitación.


Diez minutos más tarde llaman a la puerta. Es la misma señora que me ha pegado el berrido.

Ella: ¡Oh! Es la señora a la que he dicho que ahí no fumase
Yo (toda seria con cara de perro): Sí, pero no hacía falta decirlo gritando.
Ella: Sí, la verdad es que he utilizado un tono alto. Vengo a decirle que en cuanto acaben de limpiar, le trasladamos arriba. Le aviso de que pueden caer trozitos de pintura en la terraza pero es porque están remodelando la fachada.
Yo: Ok. Gracias.

Se va. Por lo menos me he quedado a gusto diciéndole que no hace falta gritar. Si voy arriba es porque mi médico ha solucionado el tema, de lo cual me alegro. LLegan 2 enfermeras con dos carros. Recogen mis cosas, yo me quedo con la maleta porque tiene ruedas. Me dicen que vamos al 2º piso, yo por el ascensor y ellas por el montacargas.

Yo llego antes y les espero. Les sigo por el pasillo y veo que se meten a la derecha. Las puertas de las habitaciones de ese pasillo no son de color madera, están pintadas de blanco y el pasillo tiene pinta de ser bastante más antiguo que lo otro (que ya es decir). Pufff, a ver donde me meten. Parece un pequeño laberinto el camino a mi habitación.

Abren la puerta. La habitación es mucho más pequeña que la otra. La madera del suelo está totalmente descuidada y parece sucia. La cama no se sube y baja automáticamente, lo tienes que hacer manual. La terraza es 1/3 de la que tenía antes y lo peor es que tengo el final de un andamio a la par de la terraza por donde veo bajar a un obrero. Ésta tiene un tejadillo y
las gotas caen encima de la plataforma del andamio que es metálica. Clinki, clanka, clinki, clanka..... ¡Mágnifico para mi insomnio! Aquí hay persiana en lugar de ventanillos. Tendré que tener cuidado con los paseillos de los obreros. El armario es bastante más grande que el otro (algo bueno). Voy a ver el baño. ¡Sorpresaaaaaaaaaaa! ¡¡¡¡¡NO HAY BAÑERA!!!!! El baño es
mínimo y tiene plato de ducha. Se acabaron mis baños calentitos y lo peor es ¡¡¡que no puedo protestar!!!


A las 17h30 he terminado de instalarme. La señora de al lado no para de toser y de andar por la habita (oigo como cruje la madera). He ajustado la cama y me he tumbado. Parece un pelín más grande que la otra, pero el colchón era mejor el de abajo.

El caso es que sigo aquí y no me he tenido que ir. De momento parece que voy mejor con la medicación que me han puesto y si encima consigo adelgazar, pues..... es mejor seguir.

Paso la tarde viendo la tele. Estoy cansada con el ajetreo de las maletas (descolocar, hacer y deshacer, colocar). Hablo con Katia. Lilian ya está en casa y muy contenta. Parece que todo está bien desde que le hicieron las 2 transfusiones de sangre y anda por toda la casa. ¡Qué rapidez y que guay!

La cena:

Potage/sopa de legumbres variadas (sabe a lentejas y comentan en la mesa que serán los restos de las lentejas de ayer)
Chuleta de cerdo (bien finita) con calabacín cocido
Tapioca con leche sin gotita de azúcar o edulcorante (como si fuera arroz con leche)
Pera
Pan

Me tomo el medio cucharón con sal/pimienta/ajo. Espolvoreo todo con sal/pimienta/ajo/mezcla marroquí y me como la chuleta con mostaza y 4 cachitos de calabacín. La tapioca me la zampo a pesar de no saber a nada. Me llevo la pera. El pan ni tocarlo.

Tomo el café con el cigarrito. Todavía no se me ha pasado el cabreo. Voy a la habita a enchufar el ordenata. Por el camino me como la pera.

LLama Aini. Le cuento que ya estoy instalada. Hablamos un ratito y me pongo a escribir esto. Son las 22h38 y todavía no se me ha pasado del todo el cabreo. La señora de la habita de al lado sigue tosiendo. Menuda nochecita me espera. Voy a ver si me puedo conectar a internet y a ver si mañana me levanto de mejor humor.

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